Es
una lástima que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las cuatro
Y acabo la planilla y pienso diez minutos
Y estiro las piernas como todas las tardes
Y hago así con los hombros para aflojar la espalda
Y me doblo los dedos y les saco mentiras.
Es una lastima que
no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las cinco
Y soy una manija que calcula intereses
O dos manos que saltan sobre cuarenta teclas
O un oido que escucha como ladra el teléfono
O un tipo que hace números y saca verdades.
Es una lástima
que no estés conmigo
Cuando miro el reloj y son las seis.
Podrías acercarte de sorpresa
Y decirme “ Que tal?” y quedaríamos
Yo con la mancha roja de tus labios
Tú con el tizne azul de mi carbónico.
(Los
espejos las sombras
Estudio introductoria y edición de Francisca Noguerol
VIII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana
Ediciones Universidad de Salamanca 1999
Pag. 178 ) |